miércoles, 19 de noviembre de 2008

Sic transit gloria mundi
































Esta es la historia en imágenes de la que fue una de las casas más grandes y la más refinada de América.
Se construyó en 1.916 pero no se inauguró hasta 1.921, con un baile para 1.000 personas.
El motivo del retraso es que la decoración tuvo que esperar hasta que Alavoine et Cie terminaran de redecorar el Castillo de Windsor para Jorge V y la Reina Mary.
De la provisión de pinturas y muebles y objetos decorativos se encargó Duveen.
La pintura era la de moda en su época, francesa de Boucher y Fragonard, o mas de moda todavía, la inglesa de Gainsborough, Lawrence o Reynolds.
La superficie construida era de mas 10.000 metros cuadrados en 147 habitaciones principales. El parque tenía 200 hectáreas.
En 1.929 su propietario se arruinó. La casa se abandonó y, en 1.980, se demolió.
Hoy los mas de 500 cuadros se encuentran en el Metropolitan. Tambien los bronces de Thomire, Dugourc, o Gouthiere y los relojes de Lepin; las vajillas Sevres de Chappuis y Aloncle y los muebles, casi todos estampillados de Riesener, Jacob, Carlin o Roetngen, muchos de procedencia real, de Maria Antonieta, otra que también conoció en toda su gloria la vanidad del mundo.
De todos modos, los ricos de ahora no compran esas cosas, porque las ignoran y por tanto las desprecian. Alguno se puede hacer la Versaillesque Monstruosity, pero todo nuevo y falso, reinterpretado y fabricado para millonarios que no dan más de sí, que no ven más allá de lo evidente y brillante.
Hoy, los restos de la casa, la verja de entrada al parque, las fuentes del jardin decoran una adocenada urbanización de chalets adosados en los suburbios de Filadelfia.