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Este es el apartamento de Brooke Astor, la mas longeva de las socialites americanas, que murió el año pasado a los 105 años de edad, demenciada por el alzeimer y en mitad de un pleito entre sus propios familiares por las condiciones de su tutela, que recayó en sus últimos días en Anette de la Renta.
El apartamento, en una casa "English Renaissance" de Candela sale ahora a la venta por 46.000.000 $ y unos gastos de comunidad de 17.000 $ mensuales.
En la hoguera de las vanidades que es el mundo, cualquiera de los Masters of The Universe que describía Tom Wolfe soñaba con vivir en un apartamento de Candela.
Todos los horteras con pretensiones del mundo, desde Aluche hasta los Hamptons, más si tienen problemas de frustración personal o incluso psicóticos, siempre hemos soñado lo mismo, un ático en Park Avenue, decorado quizás por Sister Parish y Albert Hadley, como el de Mrs. Astor.
Ridícula vanidad de vanidades. Como la de Rafaello Follieri.
Por si alguien con muchísima caridad y profundos sentimientos de lástima (cosa que me extrañaría mucho porque de lo que aquí se habla suele ser sólo de interés para pedorros pretenciosos, aficionados a la decoración, como yo) lee este humilde blog: Candela es el Gutierrez-Soto de Nueva York.
Ahorro el trabajo de quien se avergüence de sus comentarios anteriores y, como yo, tenga la rídicula manía de borrarlos.
De todos modos, besos cariñosos para mis únicas dos lectoras.
Esta es la historia en imágenes de la que fue una de las casas más grandes y la más refinada de América.
Se construyó en 1.916 pero no se inauguró hasta 1.921, con un baile para 1.000 personas.
El motivo del retraso es que la decoración tuvo que esperar hasta que Alavoine et Cie terminaran de redecorar el Castillo de Windsor para Jorge V y la Reina Mary.
De la provisión de pinturas y muebles y objetos decorativos se encargó Duveen.
La pintura era la de moda en su época, francesa de Boucher y Fragonard, o mas de moda todavía, la inglesa de Gainsborough, Lawrence o Reynolds.
La superficie construida era de mas 10.000 metros cuadrados en 147 habitaciones principales. El parque tenía 200 hectáreas.
En 1.929 su propietario se arruinó. La casa se abandonó y, en 1.980, se demolió.
Hoy los mas de 500 cuadros se encuentran en el Metropolitan. Tambien los bronces de Thomire, Dugourc, o Gouthiere y los relojes de Lepin; las vajillas Sevres de Chappuis y Aloncle y los muebles, casi todos estampillados de Riesener, Jacob, Carlin o Roetngen, muchos de procedencia real, de Maria Antonieta, otra que también conoció en toda su gloria la vanidad del mundo.
De todos modos, los ricos de ahora no compran esas cosas, porque las ignoran y por tanto las desprecian. Alguno se puede hacer la Versaillesque Monstruosity, pero todo nuevo y falso, reinterpretado y fabricado para millonarios que no dan más de sí, que no ven más allá de lo evidente y brillante.
Hoy, los restos de la casa, la verja de entrada al parque, las fuentes del jardin decoran una adocenada urbanización de chalets adosados en los suburbios de Filadelfia.